Torso esencial
Miguel Ángel, -cuentan-: un mármol blanco de Carrara maravillosamente trabajado rueda con estrepito montaña abajo, arrojado a su suerte por la voluntad del artista. En su devenir imprevisible irá perdiendo todo lo circunstancial. Al final, con la quietud inmemorial, el polvo y el silencio, aparece lo esencial: lo imprescindible.
De la misma manera, desde el modelado hasta el moldear y desmoldar una y otra vez para obtener el bronce, si evitáramos todas las rectificaciones del proceso, el resultado accidental sería tal vez igualmente esencial.
Es el torso, libre de extremidades, tronco-cuerpo magullado, desgarrado, aparentemente esencial, secretamente existencial.
Es el torso libre, alzado hasta su altura razonablemente humana, irreflexivamente memorable.